Dorada a la sal tradicional
La dorada es un pescado noble que tiene un papel protagonista en la dieta mediterránea.
En casi cualquier restaurante que se precie se puede encontrar en el menú algún plato de dorada.
Su delicada carne, que se separa fácilmente de las espinas, impresiona a todos, incluso a los niños les gusta, ya que está firme y no gelatinosa como suele ocurrir con otros pescados.
No sin razón los franceses la llaman la reina de los peces.
Por eso la cocción debe ser lo más sencilla posible, debemos ser conscientes de esto.
Y no vamos a encontrar una mejor cocción con los mejores resultados que haciendo a la sal, o lo que es lo mismo, cubriéndolo de sal y horneándolo.
Así conservará su delicadeza, la jugosidad y sólo estará ligeramente salado. Este pescado no necesita ningún tipo de aditivos, en sí mismo tiene un sabor delicioso.
Sin embargo, podemos acompañarlo de una ensalada ligera, con un poco de aceite de oliva o una rebanada de pan con aceite y tomate.
Podemos añadirle las hierbas aromáticas que elijamos, con completa libertad, pero que sean frescas para no estropear el sabor del pescado.
Ingredientes (para 2 personas):
- 2 doradas de unos 400-500 gramos
- 3 kg de sal marina gruesa
- 4 rodajas de limón
- 6 dientes de ajo pequeños
- Tus hierbas aromáticas frescas favoritas (para mí son el cilantro y el tomillo)
Así se prepara la dorada a la sal tradicional:
Lavamos a fondo el pescado, le quitamos las branquias (que son las que hacen que el pescado amargue después). Hacemos tres cortes diagonales en la carne e insertamos los ajos enteros dentro.
Dentro de las doradas colocamos 2 rodajas de limón y un puñado de hierbas aromáticas (la que más nos gusten).
Precalentamos el horno a 220 ºC sin ventilador y en la función calor por la parte de arriba y por abajo.
Colocamos las doradas preparadas encima de una bandeja para horno forrada con papel de horno o de aluminio, para que no se pegue.
Añadimos encima de la dorada la sal, hasta que se forme una montaña de unos 3 cm por encima y que no se vea nada de pescado.
Introdúcelos en el horno durante 20-25 minutos. Durante este tiempo, se puede poner la mesa.
Listo, retiramos el pescado del horno. Quitamos con cuidado la costra de sal, y luego la piel que saldrá con facilidad. Separamos la carne de la espina central y lo ponemos en un plato.
Ahora ya podemos disfrutar de un pescado delicioso y delicado. Si quieres, puedes untarlo con un poco de mantequilla derretida, pero no hará falta porque estará bastante jugoso.